Siguiendo una recomendación de una chica que solía trabajar en educación especial, ese día trajimos espuma de afeitar y durante la clase entera jugamos con ella.
Se supone que esta actividad debía ser relajante, sin embargo, en nuestra clase compuesta de cincuenta mujeres, no lo fue.
( Debido a un problema técnico con mi móvil, no tengo las fotografías correspondientes a este día)