miércoles, 8 de diciembre de 2010

Con Conchinchina

Lunes 08 de noviembre de 2010
Sala de exposiciones del Coliseo de la cultura (Villaviciosa de Odón)
Con Chinchiná - Fotografías de Kurt Schleicher


La exposición narra el fascinante viaje de su autor por la península de la Indochina, conocida por el nombre de la Conchinchina, de los que lo forman Laos Camboya y Vietnam. Paises muy muy diferentes el uno del otro, como nos dejan patentes las fotografías, en la que intentan  mostrar sus maravillosas construcciones, pero sobre todo sus gente.

La exposición está formada por  ciento una fotografías , a su vez divididas en tres partes, cada una perteneciente a un país, que forma la Conchinchina

De Laos , me fascinaros una serie de fotografías con la temática del mercado.  Los diferente productos, la gente que no sabía que esta siendo retratada y por lo tanto la naturalidad rayando en lo vulgar que solo se consigue sin advertir la cámara.
Ver esa fotografía es como trasladarte a esas concurridas calles, con especies, con el gentío, prácticamente sientes el barullo de una ciudad desconocida.

De Vietnam no he podido dejar de quedarme fascinada con las típicas fotografías de mujeres en las plantaciones de arroz,. Son tal  y como se imaginan los tópicos de las películas. Son esos trabajos duros y sacrificado,. Esos trabajos que los realistas, de la pintura social, como los miembros de La escuela de Barbillón , como Millet les gustaba tanto poder retratar., Y eso precisamente fue una de las primeras imágenes que me llegaron a la mente, los cuadros de Las espigadoras de Millet, la misma postura, el mismo trabajo y el mismo espacio vacío, salvo con trabajadores. Y también a “los acuchilladores de Parqué” de Caillebotte. Esa misma ese esfuerzo. Aun que el exotismo de Vietnam  reste dureza a la imagen, sin duda no le falta.


De Camboya  me quedó fascinada los templos maravillosos que están en uno de los templos de Angkor  una fotografía de unas raíces gigantes que se  engullen la arquitectura.
Es sin duda la naturaleza en estado puro, queriendo arrancar a la arquitectura el espacio que ella le ha robado, y año tras año, con cada lluvia, con cada rayo de sol avanza un poco más y se come un poco más de los sillares que antaño fue un templo de culto.
Realmente es una imagen sobrecogedora .

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